*En abril de 1969 fue abierto el lugar de tacos árabes (preparados con trozos de carne más delgados), en una vieja casona del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, donde resguardan la receta original y las salsas especiales
Guadalupe Bravo
Puebla, Pue.- El Centro Histórico de Puebla guarda en sus entrañas un lugar lleno de sabor, nostalgia e historia: Tacos Cambry, el sueño de Don Erasmo Juárez.
En su juventud, recorrió el país a bordo de un tráiler, probó cada platillo, cada antojito y cada taco que pudo para entrenar su paladar y con ello crear un sabor único e inigualable.
Su vida dentro de la cocina comenzó en un negocio de tortas, jugos y licuados. Ahí, se dedicó a enchilar la carne y perfeccionar la receta de su salsa, sin conservadores y con ingredientes naturales. Ofrecía a sus comensales tortas enchiladas que en poco tiempo se convirtieron en las favoritas de los clientes.
Con la torta bajo el brazo, Don Erasmo se aventuró a crear el famoso Taco Árabe, pero con cortes de carne más delgados de lo habitual, salsas con el toque secreto y, sobre todo, servicio de calidad, que hasta nuestros días hace sentir al comensal como si disfrutara la comida en la mesa de casa.
Tacos Cambry abrió sus puertas un abril de 1969, ubicado en la avenida 4 Oriente 404 en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, a unos cuantos pasos del lugar turístico por excelencia de El Parián y a las afueras de las extintas oficinas centrales de Salubridad.
Entrar te transporta a una antigua casona del Centro Histórico, con techos altos, arcos y pared de ladrillos; al mismo tiempo las sillas metálicas plegables rojas de una refresquera recuerdan a una fonda.
El nombre se debe a que Don Erasmo tenía una sobrina tan delgada que la asemejaba, según él, al fideo cambray, por lo que al elegir el nombre de su negocio optó por Tacos Cambry, que tenía como meta hacer cortes de carne tan delgados que los comensales saborearan la textura de la carne sin esfuerzo.
Desde su fundación, ha permanecido en el mismo lugar y se ha convertido en refugio de estudiantes, familias, parejas y la parada obligada de los extranjeros que visitan la ciudad; de hecho, algunos turistas norteamericanos han ofrecido comprar la receta, pero su familia se ha negado a vender el legado del abuelo, fallecido el 14 de agosto de 2016 a la edad de 93 años.
A pesar de su partida, sus nietos se convirtieron en los guardianes del sabor. Por ejemplo, su nieta Adriana Carreto aprendió – desde niña- a hacer el pan árabe en la cocina de Tacos Cambry: el amor por el negocio se sembró en ella en la niñez y ahora conoce cada parte del proceso.
Uno de los trabajadores también aprendió a amasar el pan árabe y al paso de los años se convirtió en su proveedor de confianza, por lo que el secreto del sabor ha quedado en la familia y en las personas de confianza de Don Erasmo.
La familia está orgullosa del legado, sus enseñanzas y el sabor que le ha dado a Puebla. Con más de 50 años de antigüedad se ha convertido en un lugar visitado por personalidades locales, nacionales y decenas de generaciones que los mantienen en un pedestal.
Son una alternativa a los tacos árabes sin perder la esencia de Don Erasmo Juárez: comer alimentos ricos en nutrientes sin necesidad de saborizantes artificiales que matan la tradición.